POR ADRIAN BARREIRO
El hincha no es yo, es nosotros. El hincha no dice “hoy juega mi equipo¨, sino ¨hoy jugamos¨. Todas las semanas abandona su rutina individual para transformarse en un yo plural, en un estadio que, más que un campo deportivo, es un templo. Un templo de una religión que no acepta desertores. El hincha puede abandonar al amor de su vida, puede dejar de creer en dios, puede cambiar hasta lo mas intimo de su ser, pero nunca va a cambiar el amor, la fe y la devoción por su club.
El hincha es eternamente fiel. El hincha es un fundamentalista que no acepta argumentaciones, porque la razón no importa. Importa el sentimiento. No vale intentar explicar la pasión, porque sino, todos serian hinchas del equipo que mas partidos gana. El hincha deja de ser yo y se transforma en nosotros mucho antes de llegar al templo.
Es tan fuerte la influencia de esa fuerza sobrenatural, que el hincha se siente parte muchas cuadras antes de llegar. Tiene todos los elementos necesarios para el ritual: camisetas, cohetes, tambores, papel picado, serpentinas, trapos, y las canciones de la misa.
Canciones de fidelidad eterna, de muerte al enemigo, de insultos a la cobardía y la falta de talento del rival. No hay tonos grises, por más que haya muchos colores en las canchas, todo es blanco o negro, estamos nosotros y están ellos. Nosotros somos los mejores. Ellos son tramposos, los que compran a los árbitros, los cobardes, los pechofrios y son perdedores aunque ganen. Para eso esta el hincha, para cantarle al mundo esas verdades, para pegarle a la pelota solo con las ganas y desviarla unos centímetros para que entre al arco. Cuando termina el partido, el hincha, que no se ha movido de la tribuna comenta el partido; Que goles les metimos¨o ¨Como nos robaron, todo depende del resultado. Las luces se van apagando y el hincha, lentamente, mientras se aleja del templo, se va diluyendo para transformarse nuevamente en uno, hasta el próximo domingo, donde se volverá a encontrar con ese montón de desconocidos que el sabe que son sus hermanos.
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